Marisol Garmendia

San Sebastián, como el resto de pueblos y ciudades, se articula a través de sus barrios. Está muy bien visitar los centros históricos y culturales, pero qué sería de cualquier ciudad sin la vida que aportan nuestros barrios. Y buena parte de esa ventaja tenemos que atribuirla al pequeño comercio que cada día, contra viento y marea, pero con esfuerzo e ilusión, levanta la persiana de la tienda para ejercer esa insustituible labor del comercio de proximidad, el que nos conoce, nos aconseja, comparte vida de barrio.

Ése es el valor añadido que disfrutamos en cada zona de la ciudad. La cercanía, la vecindad, la amistad. Desde la tienda de comestibles a la farmacia, pasando por la mercería, la librería o la tienda en la que compramos la ropa. Sí, los barrios no solo están cada vez más de moda, sino que también están llenos de moda. El comercio local donostiarra conoce los gustos de su gente, de los que viven en el barrio.

No es casualidad que en el marco del San Sebastián Moda Festival hayamos apostado por el comercio local y por los barrios. Ya el año pasado nos adentramos en el parque Cristina Enea del barrio de Egia y en esta edición, iremos al entorno del polideportivo de Altza, esa joyita de la corona de las instalaciones deportivas donostiarras, para lucir las mejores galas de los comercios de moda. Allí desfilarán unas singulares gimnastas locales atravesando una pasarela no menos singular. Porque la moda no va por barrios, está asentada ya hace tiempo y es justo reivindicarla. No es la moda de las portadas y revistas de papel couché, la moda de grandes fastos y exóticas presentaciones, pero es la más cercana, sin duda. Es la moda que tenemos al alcance de nuestra moda, la ropa que compramos en el comercio de siempre, al que acudimos porque sabemos que vamos a encontrar lo que nos gusta o necesitamos. Es la moda del pequeño comercio de nuestros barrios. Va a ser, sin duda, un desfile de primer nivel.

San Sebastian Moda Festival: columna para el suplemento especial del DV.